jueves, 8 de julio de 2010

Jueves 08/07/10

Por primera vez en su historia, España jugará una final del Campeonato del Mundo de Fútbol. Lo que durante tantos años no dejó de ser un eterno sueño que se transformaba casi en pesadilla cada vez que la selección acudía a un mundial, por fin puede hacerse realidad: ganar un título mundial. Para lograrlo tendrá antes que doblegar a Holanda, quien a pesar de no contar con ninguna copa en sus vitrinas, sí que tiene la experiencia –dolorosa por otra parte- de haber disputado dos finales habiendo perdido en ambas. No es la Holanda de este mundial ni mucho menos aquella a la que apodaron la Naranja Mecánica, pero tampoco conviene infravalorarla. Se ha presentado en la final con un pleno de victorias que asusta más por eso, por sus resultados, que si se entra en la profundidad de su juego, donde ciertamente no es que hayan impresionado. Es por esto que España el domingo partirá como gran favorita, aunque a alguno tal vez le interese no cargarse con esa presión añadida. Pero las casas de apuestas ya han dado su veredicto, casi siempre acertado, y ven a España considerablemente superior a Holanda. Ahora sólo falta que los jugadores corroboren el pronóstico de los brokers.

La victoria de ayer de España fue la victoria de un modelo de fútbol basado en el cuidado de la cantera, de las jóvenes promesas, de un estilo de juego siempre unido al buen trato del balón. Y esto es algo que ha calado en otros países donde sin ir más lejos, los propios alemanes reconocían ayer antes del partido haber tomado muy buena nota del trabajo realizado en España durante los últimos años para construir también ellos una base sólida sobre la que apuntalar el futuro. En Italia, el nuevo seleccionador Prandelli ya ha anunciado también que la revolución en la azzurra tiene que nacer desde la base. Y todas las miradas apuntan para eso al modelo español.

España se planta en la final gracias a un auténtico golazo de Puyol al entrar a rematar con todo –rizos incluidos- un saque de esquina. El partido en ese momento, ya avanzada la segunda parte, estaba más del lado español que del alemán, pero España parecía incapaz de perforar la portería germana. Quedaban luego todavía veinte minutos por delante, pero ni siquiera España tuvo que sufrir en exceso para hacer valer el gol del jugador del Barcelona. Otro uno a cero a añadir a los logrados en octavos y cuartos. Curioso bagaje para una selección que basa su fútbol en el ataque. Tal vez tengan razón los que siempre afirmaron –no siendo por ello poco criticados- que un buen ataque comienza desde una buena defensa, o aquello de que si no te marcan, nunca perderás. Salvo en los penalties, claro está...

Alemania, quien acusó más de lo esperado la baja de su joven estrella Müller, lo cierto es que se mostró muy conservadora, y hasta miedosa, durante todo ese tiempo que transcurrió hasta que encajó el gol. Tuvo sus opciones, es cierto. Sobre todo en acciones a balón parado y en algunas contras producto de las recuperaciones de balón en el centro del campo, donde en cualquier caso, tuvieron la batalla casi siempre perdida ante unos intratables Xavi Hernández y Xabi Alonso.

La primera parte podemos decir así que fue bastante aburrida, con España disfrutando de la posesión del balón, pero eso sí, con algo más ritmo que en anteriores partidos. Alemania se limitó a dejar a Klose abandonado como una isla a la caza de algún balón largo. Y sufre cada vez que Pedro, la gran novedad en la alineación de Del Bosque, hace de las suyas entrando por banda. A quien se le ve más perdido en estos minutos es a Villa, quien no obstante, goza de la primera ocasión que salva el portero Neuer. Justo al filo del descanso se produce la única jugada verdaderamente polémica del partido: balón que recibe Ozil, controla, y cuando se dispone a entrar en el área es derribado por detrás por Ramos. La repetición deja claro que el contacto existe, pero se produce fuera del área: era falta y roja para el jugador del Madrid. El árbitro, tal vez pensando que debe señalar penalti en caso de pitar algo, además de tener que expulsar al jugador español, ante la duda deja seguir.

En la segunda parte llegan las mejores ocasiones para España que obligan a emplearse a fondo a Neuer que salva in extremis un remate de Pedro. Apenas unos segundos después, en un centro de Iniesta, Villa por unos centímetros no logra empujar el balón con la portería totalmente vacía para él. España aprieta cada vez más y Alemania intenta buscar soluciones con los cambios. Entra Kroos por Trochowski, y es el propio jugador del Bayer quien tiene una gran ocasión que salva como no puede ser de otro modo Casillas, siempre bien colocado. Llega entonces el gol de España en un corner botado por Xavi y que encuentra a un Puyol al que la defensa alemana deja incompresiblemente solo de marca. Regalo aceptado y gol para la hemeroteca.

Alemania trata de sobreponerse a pesar de que el tiempo es cada vez menos. Pero es España quien más cerca está de conseguir su segundo gol, en especial en una jugada que Pedro desperdicia de forma egoísta al abusar del regate con Torres –que ya había entrado para sustituir a Villa- totalmente solo a su izquierda.

No hay apenas tiempo para un par de balones colgados al área de Casillas pero que ni siquiera llegan a crear peligro. Se cierra así el partido, que si bien no se puede decir que haya sido de una belleza enorme, sí que ha tenido la intensidad y emoción justa que merece toda una semifinal mundial. Y con el añadido de haberse disputado sin ninguna entrada de más, lo que demuestra que no se mostrara ni una sola tarjeta.

Alemania dice adiós a la posibilidad de conquistar su cuarto título con lo que Italia al menos puede respirar tranquila en ese sentido. Seguirá siendo la única tetracampeona. Los alemanes acumulan en cualquier caso doce semifinales en los diecisiete mundiales disputados. Un bagaje impresionante y digno de elogio aunque luego no se hayan traducido en más títulos. El sábado frente a Uruguay tendrá la oportunidad de añadir un tercer puesto más a su historial.

El domingo España Holanda (20:30 Tele5) se presenta como una final por supuesto inédita, y que gane quien gane, lo hará por primera vez en su historia. La última selección en unirse al selecto grupo de campeones del mundo fue Francia en su mundial celebrado en el 98. Holanda, tras perder sus dos primeras finales de volver a caer en ésta se haría con el triste récord de país con más finales perdidas en un mundial. España seguro que no tendrá compasión de los oranje. El sueño está demasiado cerca como para que ahora se esfume. A una final se llega sólo para ganarla.

El gol de la jornada
Puyol (Alemania – España, 0-1, min 73)

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